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CONAPRED
Título de la serie: Diversidad cultural y religiosa
Título específico del tríptico: Las personas gitanas en México
Animación referencial al tema específico: calé, ludar y rrom
Nombre de personas colaboradoras para la creación del material:
Dra. Irene Imuris Valle, posdoctorante becaria del Conahcyt dentro del Programa de Estudios Antropológicos en COLSAN Proyecto: Reseñas críticas y análisis del discurso del concepto de lo “gitano” en la historia de México, aportaciones culturales desde el pueblo rrom a la cultura mexicana. email: imuris@hotmail.com @MiaAlegria
Síntesis: Se presenta información basada en investigaciones académicas para conocer un poco más sobre la población mexicana calé, ludar y rrom, que son generalmente llamadas personas “gitanas” o “húngaras” y que han tenido un continuo tránsito en diferentes partes del país, manteniendo costumbres y formas particulares de vivir sus experiencias en lo individual y colectivo.
Introducción
Quizás, has escuchado que se usa el adjetivo gitano indistintamente, lo mismo para caracterizar un tipo de música, de baile o hasta para nombrar estilos estéticos variados, y también, desde hace más de 500 años, la traducción de este término en diferentes idiomas se ha usado para designar a una multiplicidad de personas que se considera que tienen una forma de vida errante como característica de movilidad.
Con el pasar de los años, se ha construido en México un imaginario común sobre “las personas gitanas”, y cuando se habla de ellas se les recuerda en diferentes partes del país también con el exónimo (que es el nombre que otros les atribuyen) de personas “húngaras” y se les nombra como si fuera un grupo homogéneo, éste es un término basado en ideas generales que la mayoría de las veces sobredimensiona características, algunas inexactas y alejadas de la vida de quien es nombrado.
Siendo México un país pluricultural y multiétnico, existe, en palabras de la Dra. Neyra Alvarado (2009: 246): “un contexto donde la segregación y la desigualdad son condenadas paradójicamente bajo el principio de igualdad, inventando relaciones dinámicas con la regla igualitaria en las sociedades democráticas”. Por lo tanto, es importante reconocer que en el país existe una gran diversidad cultural, étnica, lingüística así como formas de entender la vida (cosmovisión) en grupos sociales diversos y también es fundamental reconocer las diversidades que existen al interior de los mismos grupos.
Al hablar de identidades culturales que aportan a lo “mexicano”, podemos citar al menos 68 culturas originarias reconocidas (nahuas, mayas, yaquis, mixtecos, etc.) y además existe una migración de personas que llegaron en diferentes momentos de la historia (personas afrodescendientes, libanesas, japonesas, etc.) que se quedaron en este país a desarrollar su vida, cada uno con sus propias prácticas culturales, como es el caso de grupos familiares caló, ludar y rrom o roma, que tienen una identidad basada en preceptos colectivos muy arraigados. Entre las prácticas compartidas de estos últimos, se reconoce que tienen hábitos comunes como el cuidar de las personas mayores, proteger a las niñeces, ser solidarios y solidarias entre los suyos, así como celebrar festividades de bautizo, boda y luto con protocolos heredados por sus antecesores.
Se suele localizar su origen en el norte de la India, a partir principalmente de investigaciones lingüísticas, que comienzan con los estudios de Istvan Valyi desde 1760, quien expone similitudes entre el sánscrito y el romaní. Por su parte, la historiadora y activista romaní hispano-francesa, Dra. Sarah Carmona (2009), ha creado nuevas perspectivas de temporalidades históricas propias, planteándose “el reto de intentar recuperar, descifrar, poner al descubierto cuál podría ser el ‘Tiempo’ de las personas gitanas, la cadencia, el compás y el soplo de su autenticidad histórica, optado por una estructuración del tiempo histórico gitano basada en los trabajos lingüísticos del profesor Ian Hancock. Creando un recorrido por la historia del pueblo dividido en 4 partes”.
Desde el punto de vista de la Dra. Mariana Sabino, quien también sigue estudios del profesor Ian Hancock (2002): “es desde entonces (1760) que se inicia el estudio formal de las personas romaníes, ya que las similitudes de palabras en la lengua romani chib con el sánscrito refuerzan la teoría de que numerosas poblaciones partieron probablemente hace poco más de 1000 años del Punjab” (Sabino, 2015: 173).
Se considera que las migraciones masivas en la región de pocos años antes del 1000 a. C. fueron provocadas por invasiones árabes y mongolas. Desde entonces, la población romaní ha tenido como oficios principales la compostura de equipos, la herrería, la orfebrería, espectáculos ambulantes, la lectura de la buenaventura o el comercio. Históricamente su entrada en Europa central se ha identificado (por medio de pragmáticas) desde los siglos xiv y xv y se menciona que, mientras iban transitando entre los territorios ya habitados, causaban asombro y curiosidad. El término gitano nació como un crisol, del contacto y de los encuentros entre las personas de Europa con estos migrantes de quienes no tenían referencia previa.
Uno de los rasgos particulares de esta población es que, como parte de las complejidades de sus propias organizaciones sociales (ya sean personas rrom, ludar o calé), cada grupo tiene su identidad propia y rituales apegados a sus costumbres y a una vida religiosa intensa, se sabe que en México algunas familias profesan la religión católica y otros grupos la cristiana pentecostal. El investigador Ignacio Muskus plantea que laconversión religiosa ha hecho que asuman diferentes actividades económicas: “muchas familias en la actualidad viven sedentariamente establecidas en pueblos y ciudades de toda la república y van adaptándose a nuevas realidades, otras (que aún tienen movilidad constante) dejaron de proyectar cine para dedicarse al teatro, la magia, los payasos, ser bailarinas, escapistas, faquiristas e hipnosis colectiva” (Muskus, 2012: 52).
En otro tiempo era común ver mujeres con faldas largas que iban por la calle leyendo la buenaventura, ya sea con la quiromancia de la lectura de las líneas de la mano o bien con el tarot, esta práctica ya no es tan común, pues en la conversión a la religión cristiana se prohíbe este oficio, y tampoco las mujeres suelen llevar faldas largas floreadas ni van ajuaradas. Muchas personas pueden pensar que en nuestro país ya no existen personas gitanas, por lo que hay que aclarar que al interior de los grupos familiares hay cierta autonomía para elegir la manera en que llevan sus cultos y ritos de paso como las bodas, los nacimientos o los oficios que ejercen. Desde los años 60, cuando comenzaron a buscar lugares donde asentarse coincidió con la modernización en zonas rurales, esto trajo a su vez la necesidad de tener oficios diferentes a los que hasta entonces habían ejercido y aún cuando el comercio ha sido una constante entre algunos grupos familiares, han modificado y diversificado sus oficios y trabajos.
La transición del oficio de proyectar cine a crear espectáculos de teatro en el norte de México es descrita por Pérez y Armendáriz (2001: 80) con estas palabras: “Nos dimos cuenta que era bueno meter magia en la función de cine y como nuestros padres y abuelos en principio pasaban una película y daban variedad… Nos comenzó a gustar tanto lo de la variedad, eso de andar de artistas, que rápidamente nos desenvolvimos en ese negocio. Yo me metí de mago. Y como el cine ya no era negocio, pues muchos nos metimos al espectáculo”.
Acerca de un grupo urbano calé en la Ciudad de México, David Lagunas (2017 y 2024) nos comenta que estos han mantenido su culto católico y se dedican al comercio, visitando locales y planeando estrategias singulares de reproducción económica y cultural.
En el caso de las personas rrom o romá, después de vivir muchos años trabajando con metales (compra y venta de oro, o comercializando herramientas a fábricas, así como el aluminio y el cobre), actualmente, un buen número se dedica al comercio y algunos aún hacen práctica de buenaventura, para ello se publicitan por medio de tarjetas que se reparten en lugares públicos o bien por medio de carteles, aunque cabe mencionar que algunos han migrado a Estados Unidos y que la práctica de la lectura de la buena ventura ha caído en deshuso.
Percepción de las personas “gitanas” en el mundo
Existe la hipótesis de que venían de Egipto y de allí nace la expresión gitano/as, como una derivación de egiptano, que es un apelativo geográfico. Al nombrarles así, desde ese lugar común, se evitó hacer distinciones o manifestar particularidades, por lo que el uso de este término se fue extendiendo y proyectando figuraciones que oscilan a veces entre una romantización de su forma de vida (libres y en contacto con la naturaleza, relacionados con fuerzas enigmáticas y misteriosas que atraen y alejan la suerte) y otras más bien hacia lo opuesto, con estereotipos, estigmas y prejuicios que les criminalizan ante el hecho de no tener una forma de vida sedentaria, como nómadas, etiquetándolos desde el prejuicio , como personas inmorales, ladronas o embaucadoras. Estas interpretaciones polarizadas se volvieron un tipo de discriminación positiva y negativa, respectivamente.
¿Quiénes son las personas gitanas de México?
La generalización del término gitano/a ha sido cuestionada en varios países como uno que no es representativo de una diversidad de grupos familiares con historias y orígenes particulares. En México, sin embargo, la forma de uso de este término no es solamente con tono despectivo, sino que también hay quienes tienen en su recuerdo familiar que sus abuelos o bisabuelos llegaron de Europa, ya sea por Serbia, Hungría, Rumanía, Polonia, Rusia y usaban esta palabra como forma de autoadscripción para entrar en relación con las personas gadjes (no gitanos); al interior de sus grupos se diferencian por núcleos familiares a los que pertenecen y sus autorreferencias van más allá de los apellidos, ya que también se autonombran con base en los oficios o lugares de procedencia de antepasados en común.
“Gitanos, húngaros, rom o roma, caló, ludar o ludariasty, por mencionar algunos, son denominaciones genéricas que no reflejan sino la complejidad de las relaciones que entretejen con las instituciones, las sociedades y los imaginarios de las poblaciones donde se han estacionado” (Alvarado en Armendáriz, 2018: 215).
En México: “La reconstrucción de la historia de los roma y su llegada hacia el continente americano, específicamente a México, está llena de vacíos, interrogantes y especulaciones. Las explicaciones encontradas son hipótesis establecidas de acuerdo con contextos mundiales, como la colonización europea de América (1492), la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), la abolición de la esclavitud en Europa (mediados del siglo xix), la Primera (1914-1918) y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) pero con ausencia de evidencias que sustenten completamente estas visiones” (Muskus, 2012: 22).
A grandes rasgos, “hay evidencias de que llegaron romá desde los siglos xvi y xvii a habitar en el continente americano” (Salamanca y González, 2002: 532, citado en Muskus 2012: 27).
Se sabe por investigaciones de archivo que ya desde “la época novohispana existieron varios juicios de la Santa Inquisición a ‘mujeres gitanas’, cuya procedencia probablemente fue en barcos que llegaban de la península Ibérica” (Baroco, 2014: 47.).
Cada migración responde a contextos históricos, por lo que en cada una habrá cambios, incluso en sus propios apellidos, o en la forma de nombrar a los países de origen a lo largo del tiempo. Así, una forma de entender estos subgrupos es comprendiendo que pueden tener varias formas de autonombrarse, incluso hay varias cajas en el Archivo General de la Nación que corresponden a apátridas que podrían pertenecer a familias romá, calé o ludar, pero hace falta aún investigaciones amplias
Para explicar de una manera simple pero práctica, podemos mencionar que en México a las personas calé se les reconoce como provenientes de España y que son hablantes de caló; a las personas rrom o roma se les asocia como provenientes de Europa del este y con la lengua romaní, y a las personas ludar como provenientes de Rumanía y con un tipo de lengua rumano antiguo. Para profundizar sobre este asunto, Alvarado en Armendariz (2018:215), en el capítulo “Como una cadena que no puede romperse”, menciona que: “los miembros de algunas familias extensas pueden reconocerse entre sí, o no, debido al lugar y ruta de procedencia, la lengua y la cultura. Por ejemplo, las personas gitanas de origen español pudieron haber pasado por Francia, antes de llegar a México. Otros, viniendo de los Balcanes pasaron por Francia y Cuba. De tal forma que, en México, encontramos en documentos del Archivo General de la Nación a familias ludar procedentes de tres lugares con el nombre Bañaluca: Bañaluca Austría, Bañaluca Rumanía y Bañaluca Turquía”.
También por trabajos de archivo, se han encontrado evidencias de familias ludar que entraron por Veracruz, la frontera sur y Baja California: “Los lugares de nacimiento, las nacionalidades, las asociaciones para desplazarse, los matrimonios, la circulación en un país o en el continente americano y los cambios en los apellidos, muestran con claridad la diversidad y la multiplicidad de trayectorias históricas de redes parentales en construcción” (Alvarado, 2020: 20).
Mientras las familias circulaban a lo largo y ancho de México, en los medios de comunicación (cine, revistas, periódicos) se siguieron multiplicando imágenes ficticias, percepciones estereotipadas y exóticas (hasta delirantes) que se fueron difundiendo, incluso intergeneracionalmente y tuvieron peso en decisiones políticas: “se crearon vetos en la entrada migratoria para evitar su acceso, como sucedió entre 1931 y 1933, donde se prohibía la entrada de ‘gitanos’ al país. No todas las personas roma que llegaban a territorio mexicano se identificaban como tal, por lo que existe la posibilidad que su migración continuará si tenían otras nacionalidades a las prohibidas, como el caso de la húngara; por lo que, en vez de reconocerse como gitanos, lo hacían como húngaros para tener acceso al país” (Muskus, 2012: 29).
Elementos que permiten ampliar el conocimiento sobre la diversidad existente de grupos familiares gitanos en México
Para conocer un poco más de familias que viven, se desarrollan y se auto perciben como personas gitanas mexicanas, es importante remitirnos a investigaciones que se han producido desde situaciones y entornos locales que mencionan que al menos son tres los grupos que habitan desde hace varios siglos en nuestro país. La Dra. Neyra Alvarado refiere, a través de sus investigaciones, que, siguiendo los “regímenes de movilidad” de Piasere (2020): “el sentido de grupos familiares, lo que hace posible una mejor comprensión de la movilidad practicada por diferentes redes parentales rom, que pueden ser diferente de una red a otra” (Alvarado, 2021: 9) y es visibilizando diversidades que se puede tener una mejor comprensión de grupos parentales que han tenido desplazamientos entre geografías trasatlánticas por medio de redes familiares.
Existen otras investigaciones académicas que tratan sobre el análisis de documentos de entradas en el país Alvarado, 2022 Armendáriz y Kwick, 2010; Sabino, 2014, sobre la conversión de la religión católica a la pentecostal Muskus, 2012; Pickett, 1962; Ripka, 2007, los cuales nombran elementos en que la moral y sus creencias se concentran; otros trabajos sobre la lengua son los de Swanton (2014), en ellos podemos leer descripciones de situaciones de la vida cotidiana que tienen expresiones en los bautizos, las bodas, el luto y las celebraciones de nuevos nacimientos.
El trabajo más actual sobre la conversión al pentecostalismo y la sedentarización, ha sido tratado en la tesis de maestría de Muskus (2012:139), quien describe cómo a partir de la negación al alcohol y tabaco, se presentan reglas de control que cuidan a la comunidad: “La entrada del pentecostalismo es una herramienta para reinterpretar su cultura y (sirvió para) adaptarse al sedentarismo y mantener y recrear sus lazos sociales y más que una asimilación cultural, en la internalización de esta religión. Además, en México hay instituciones internas pertenecientes a este grupo, como las de parentesco entre Vitzas, Kumpanias, las instituciones de justicia como la Kris, los tránsitos en los ciclos de la vida de nacimiento, casamiento y funerales”.
Muskus (2012) nombra aspectos de oficios que han caído en desuso en el caso de las personas rrom como la reparación de maquinaria pesada, la compra y venta de coches, y agregamos que, en el caso de los calé, ya no recurren a la tauromaquia, y para los ludar ya no existe el espectáculo de osos, cabras y monos; después entraría en desuso la proyección de cine que se llevaba a diferentes pueblos de México, situación que se encuentra narrada en el libro La Lumea de noi (Pérez y Armendáriz, 2001), mientras que otros oficios se actualizan y permanecen, como lo es el comercio.
Asimismo, Sabino (2015: 176) escribe que sus valores morales se concentran en la Kintala (balance espiritual y de armonía) y el Marimé (término que significa “contaminación moral o corrupto”) y cómo es que en este sistema dual se mantiene una moral y al mismo tiempo una resistencia y diferenciación con lo no romaní.
Aun cuando no son muchas las personas gitanas que viven en el país, afortunadamente existen cada vez más investigaciones desde la antropología, la historia y la lingüística por ejemplo que se interesan en conocer más allá de lo que algunos medios han hecho extensivo a la población, buscan superar límites de prejuicios y estigmas, lo que es un avance para conocer a las poblaciones que han transitado muchas veces entre localidades recónditas en México.
Si actualmente estas personas están invisibilizadas, quiere decir que tal vez se sienten junto a ti en el metro sin que las distingas, pues para evitar el rechazo no necesariamente llevan elementos visuales reconocibles, y tal vez sean tus vecinas o vecinos en un restaurante y estén disfrutando un plato de mole o unos tacos al pastor; ó quizá estén bailando en sus bodas con música popular o regional mexicana; o puede ser que en tu colonia tengan una iglesia cristiana donde se reúnen para llevar su vida religiosa y hacer sus alabanzas. Si has estado en el norte, tal vez has asistido a alguno de sus espectáculos sin saber que quienes participan como magos, payasos, cantantes o hipnotistas son parte de familias ludar, o has comprado una chamarra que un calé te ha vendido quizás no a un precio muy económico pero sí de gran calidad. Eso sí, cuando están entre ellos, seguramente hablarán en sus lenguas, romaní, calé o tengan palabras en rumano antiguo, según sea el caso; celebrarán sus rituales de bautizo, petición de mano o tendrán funerales con protocolos que les han sido enseñados para perdurar una identidad colectiva que cuidan de miradas externas, pero sobre todo mantendrán la fuerza de la unión de la familia como importante factor de vida, seguirán conservando el respeto y cuidado de los mayores y probablemente llevarán sus fiestas de boda de varios días y, en el caso de la despedida de un ser querido, mantendrán luto por meses, y el 6 de enero, por ejemplo, estarán celebrando las niñeces y también recordando a quienes ya se han ido y fueron quienes abrieron camino en su vida de mexicanos y mexicanas.
Los trabajos citados aquí son por lo pronto ventanas para la comprensión de singularidades, y nos hemos apoyado en ellos al hacer esta publicación con fines de invitar al lector a introducirse al tema. Hacemos recomendaciones de los textos que aparecen en la sección de Referencias para quien guste adentrarse en el futuro sobre historias de rrom, calé y ludar, así como para conocer las fuentes para la elaboración de este documento.
Referencias
Alvarado, N. (2009). Sistemas normativos indígenas. Huichol, coras, tepehuanos y mexicaneros. México: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
Alvarado, N. (2022). Geografías transatlánticas de “gitanos” de México. Revista de El Colegio de San Luis, 12(23). https://colsan.repositorioinstitucional.mx/jspui/bitstream/1013/1348/1/Geograf%C3%ADas%20transatl%C3%A1nticas%20de%20%E2%80%9Cgitanos%E2%80%9D%20de%20M%C3%A9xico.pdf
Alvarado, N. en Armendáriz, L.Mebdiza P, Rodriguez L Makeba G, Ricardo Z y Alvarado N (2018). Como una cadena que no puede romperse en “Ando porque existo Se Déplacer pour exister. Voyage au ceur du peuple gitan”. México: FONCA.
Alvarado, N. (Ed.) (2020). Nombrar y circular, gitanos entre Europa y las Américas. Innovación, creatividad y resistencia. México: El Colegio de San Luis.
Armendáriz, L., y Kwick, J. (2010). Gitanos. El Pueblo de Dios: existir para andar, andar para existir. En Carlos Martínez Assad (ed.), La ciudad cosmopolita de los inmigrantes (Tomo 1, pp. 335-364). México: -Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México.
Baroco, F. (2014). La otredad invisible. Estrategias culturales de los gitanos en España y la Nueva España. Siglos xvi-xvii. Tesis de licenciatura. unam, México.
Carmona, S. (2009). Nuevas perspectivas sobre historia gitana (Rroma). Baxtalo’s Blog, 27 de mayo.
<https://baxtalo.wordpress.com/nuevas-perspectivas-sobre-historia-gitana/> (Consulta: 15 de mayo, 2024)
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Muskus, H. I. (2012). Los roma del centro occidente de México: religión pentecostal y organización social. Tesis de Maestría. El Colegio de San Luis, México.
Piasere, L. (2020). El término romaničel (a) como autodenominación. Un análisis etnohistórico. En Neyra Patricia Alvarado Solís (ed.), Nombrar y circular, gitanos entre Europa y las Américas. Innovación, creatividad y resistencia (pp. 27-64). México: El Colegio de San Luis.
Pérez, R., y Armendáriz, L. (2001). La Lumea de noi: Memorias de los ludar en México. México: Conaculta.
Ripka, S. (2007). Gitanos pentecostales en México. Informe de avances de investigación, 26 de junio, Zamora, Michoacán en internet https://www.academia.edu/1182081/Ripka_2002_Gitanos_Pentecostales_en_México_Pentecostal_Gypsies_in_Mexico_work_in_progres_report
Sabino, M. (2014). La población romaní de Asia a México. Brujas, vagos y bandidos ante una justicia ajena. Tesis de maestría. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México.
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Salamanca, G. (2003). Morfología nominal y verbal del Romané, lengua de los gitanos de Chile. Tesis de doctorado no publicada. Universidad de Concepción, Chile.
Williams, P. (2014). De eso no hablamos, los vivos y los muertos entre los manuches. México: Colegio de San Luis.
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