Reseña de artículos
Nombre: | Acervos regionales en la construcción de la memoria histórica |
Autor: | Villavicencio, Josué Mario y Santibañez Blanca, Blanca Esthela Coordinadores Sabino-Salazar, Mariana |
Año: |
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Categoría: | Artículo encontrado en internet |
Lugar de la publicación: | Puebla, México |
Editorial: | Instituto de ciencias y humanidades “Alfonso Vélez” |
Características físicas: (tipo de material al que tuve acceso) | Artículo en internet https://www.academia.edu/49056649/Historia_y_memoria_de_los_roman%C3%ADes_en_M%C3%A9xico
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páginas | 172-180 |
Sede física: (locación) | Benemérita Universidad Autónoma de Puebla |
En caso de existir acceso digital al material: (indicaciones de si se requieren suscripciones, notas, ejemplares disponibles, acceso, etc) | El acceso al material está en la página de academia.edu bajo el nombre de Mariana Sabino https://www.academia.edu/49056649/Historia_y_memoria_de_los_roman%C3%ADes_en_M%C3%A9xico
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Reseña crítica del material | por Irene Imuris Valle Padillla |
ISBN, ISSB o depósito legal de tenerlo | No se tiene |
Sabino, M (2015) El proceso inquisitorial a María de la Concepción de Nación Gitana (1668-1680) en academia.edu. Editorial Instituto de ciencias y humanidades de Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México.
Resumen
Mariana Sabino es doctora en Culturas y literaturas hispánicas y latinoamericanas y en este artículo va a compartir reflexiones que nacen del interés que ha tenido, en investigar la historia de las poblaciones romaníes en México. Compartirá retos archivísticos a los que se enfrentó y cómo fue que sorteó esas dificultades. Presenta los descubrimientos relativos a la dificultad de encontrar una Historia y Memoria en común romaní y muestra cómo es propicio abordar un sentido no general ni homogéneo en lo que respecta a la población en México para así superar obstáculos y vacíos que permitan replantear, que la forma de historizar y preservar memorias de las culturas romaní podemos pensarlas más a corto plazo, que en el afán occidental de una historia lineal y de largo plazo, esto nos lo presenta como resultado de trasmisión de las historias de forma oral y vivencias cercanas entre generaciones no distantes. La autora cuenta con maestría en historia y ha sido becaria Fullbrigth en Brasil investigando la discriminación contra los romaníes y otras poblaciones de la diáspora.
Aportaciones
Un texto de 11 cuartillas que sirve como introducción para reflexionar sobre el tema de la historia y la memoria histórica entre los grupos romaní. Presenta la idea de cómo entre romaníes, el tema de la memoria histórica tiene otra evolución y ritmos diferentes a la forma de entender estos aspectos en el mundo académico occidental. Menciona la pertinencia de encontrar nuevos enfoques y otros puntos de vista más allá de fuentes documentales, ya que el trabajo de archivo implica retos como lo es que, en las bibliotecas, la información no está clasificada de forma homologada, existe una dificultad por hacer enlaces entre nombres de familias que pudieron cambiar en la migración, o nombres de países de origen que sufrieron modificaciones de tipo político a lo largo de los años. El trabajo que se presenta es resultado de buscar autores y dar seguimiento a personas en lo individual. para escuchar testimonios que engloba como pertenecientes a las culturas romaní (aquí una de las dificultades del texto es que no explicita edades, lugares o si los informantes pertenecen exclusivamente a familias rom, o si trabajó con calés y ludar).
Entre las dificultades que va a situar el planteamiento de la cuestión referente a archivos históricos, nos advierte, es que a lo largo del tiempo. ha existido un vacío en la información por considerar a los “gitanos” una población de paso, pero es en 1760 cuando el pastor transilvano Valyi Istvan publica un artículo en donde expone similitudes entre el idioma sánscrito y el romaní, lo que inicia, desde su punto de vista, el estudio formal de los estudios romaníes. Menciona que el paradigma en producción de investigación durante casi un siglo, fue la asociación con sede en Reino Unido: Gipsy Lord Society, (fundada en 1888)[1], quienes publican una revista editada bajo criterios “modernos”, donde se expone la supremacía colonial europea. Esta tradición suele tener la tendencia a examinar a los romaniés desde una perspectiva orientalista (en un discurso que idealiza atributos como la libertad, la independencia, la sensualidad y la pasión); Es a partir del I Congreso Romaní de 1971 en Londres, que se van a desencadenar estudios sobre diferentes temas y que con el tiempo, van a propiciar acceso de conocimiento generado por científicos sociales de origen romaní, (un detalle que no menciona es que en este primer congreso se buscó tener un denominador común, cuando la mayor representación era de rroms principalmente y en menor medida kalés o ludar, manousche, sintí u otras denominaciones del ser gitano). Posteriormente vendría una nueva etapa de estudio en los años de 1980 que comienza con el proceso de visibilización y participación política en Europa y algunos países de América Latina que se acompaña de aportaciones lingüísticas y de la antropología física, ya que algunos estudios se apoyan de información incluso de índole militar, y es entonces que comienza a elaborarse una cronología más acabada sobre sus etapas, que van desde el éxodo del norte de la India a principios de siglo X, hasta nuestros días. La autora menciona la diferencia entre la investigación en Europa que puede rastrearse desde la época medieval por medio de salvoconductos concedidos a los dirigentes de caravanas, ordenanzas reales y padrones poblacionales, cuando en el caso de las Américas existen pocos antecedentes históricos en archivo. Otras dificultades en este continente, será que la historia colonial romaní parece insondable por el sujeto de estudio (ya que eran proscritos) y que no se asentaron, ni podían hacerlo, porque carecían de propiedad y pertenecían a una minoría aislada, eran perseguidos y no disponían de formas de identificación válidas. Ante la recopilación de datos obtenidos, Mariana Sabino no elige quedarse en el estudio decimonónico de la canción popular, la zarzuela durante el siglo XX, así como ideas difundidas a través del cine y la televisión, porque no era de su total interés indagar en la imagen que presentaban los medios, aún cuando después de meses de búsqueda encontró en diversos archivos, que la voz tenue del subalterno, sólo podía ser escuchada a través de tribunales, donde se les acusaba por brujería, vagancia y estafa, mediante procesos legales y normatividad, de donde se puede deducir la percepción de la población mayoritaria y dado que su deseo no era perpetuar estereotipos, va a construir su material de estudio con entrevistas que realizó entre miembros de familias (aunque omite decir nombres, edades y otra información estadística).
Va narrando la estrategia de investigación empleada a partir de establecer contacto con miembros de la comunidad para así acercarse a historias de vida, además de reservorios de archivos digitales y así aproximarse a la identidad abstracta de pueblo y comunidad y no sólo a la vida personal. Va a encontrar en el camino de su investigación que hay una fuerte narrativa de mitos fundacionales ligados al cristianismo, especialmente por las razones del origen del nomadismo, en relación con la virgen María y José, o bien por la situación legendaria de la crucifixión de Jesús.
Menciona una hipótesis de ¿por qué la historia no se encuentra en libros propios?, y comenta que según algunos autores, los libros son difíciles de cargar en la vida errante, se dañan en la intemperie, se pierden en un transporte continuo, por lo que su moral y creencias se van a concentrar en nombrar a la Kintala (balance espiritual y armonía) y al Marimé (término que significa contaminación moral o corrompido) y como es que en este sistema dual, se mantiene una moral y al mismo tiempo se mantiene una resistencia y diferenciación con lo no romaní (gadjo), además de que en las familias, las infancias tienen un reducido acceso al sistema escolarizado, ya sea porque habitan en zonas periféricas o porque están acompañando a sus padres en sus oficios.
La presencia de un bajo nivel de instrucción y la ausencia de un proceso educativo general formal, va a apoyar la creación de una narrativa general, donde no existe una memoria colectiva dominante, sino que, es a partir de genealogías y a través de las historias de familia intergeneracionales a corto y mediano plazo, donde se hacen narraciones desde las historias particulares. Otra dificultad es que, en la historia de las naciones, las fronteras llegan a modificarse con el tiempo, también los mismos apellidos pueden llegar a cambiar en la migración y esto la lleva a preguntarse si ¿es posible hablar de una historia nacional? Y ante la respuesta negativa a esta pregunta por los indicios que encuentra, va a aportar que la manera de acceder a una información es contemplando este régimen de historicidad distinto, con una cadencia y temporalidad diferentes a la impuesta por la historiografía occidental, lo que permite asequir historias y memorias a partir de la relación de un grupo familiar (vitza) frente a otros, y si bien la forma occidental de pensar esto es por medios escritos, que se traducen en documentación de archivo, ellos (las familias romaní) lo harán de forma oral, mediante relaciones de parentesco, donde la palabra es un valor indispensable. Va a describir como este espíritu de la memoria, después de la segunda guerra mundial, se vuelca en la prevención de que la agresión sufrida en Europa no se perpetúe y sin embargo, las víctimas pocas veces expresan de forma pública su dolor sobre este suceso, a diferencia de las historias de personas judías que tienen testimonios, comisiones, producción de películas, literatura, etc. En este caso, la calamidad de los muertos en las guerras mundiales son un aspecto íntimo, que no coincide necesariamente con la vorágine de datos, donde se advierte una obsesión cuantificadora que acompaña nuestra certeza, y que ha restringido el estudio histórico a ciertos grupos y fenómenos, pues se suele dar por hecho que todo análisis es válido cuando viene acompañado por algún tipo de censo o registro. Y como es que este sentido cuantificable, ha negado la posibilidad de intimidar y sentir empatía asequible para elaborar estudios de la población romaní, en México o en cualquier otro país en América Latina, y si bien la autora considera que contar a la población no es posible, por lo menos es importante hacer el esfuerzo de escucharlos, y por lo tanto, no esperar para entender la situación en que se encuentra la población romaní en el presente sin dejar de lado un análisis hacia atrás en el continuo de las injusticias advertidas a través de la historia contemporánea, aun cuando las fuentes de información no bastan para escribir su historia “completa” y sólo se puedan escribir fragmentos.
Crítica
El texto es una importante reflexión que invita a investigaciones más amplias, por motivo de la extensión no se ofrecen datos como ¿cuáles son los archivos donde buscó y bajo que denominaciones? Esto sorprende ya que la tesis de maestría (2021) de la misma autora hace un buen trabajo nombrando datos de archivo. No aborda diferencias entre etnónimos y heterónimos, sin embargo, al mencionar al adjetivo romaní, va a apoyar una forma nombrar en plural sin necesidad de usar el término “gitano” (que está construido en la historia con prejuicios y estigmas), esta es una aportación para continuar en estudios para la posteridad, aun cuando vale la aclaración de que es valioso hacer referencia en el caso de México cuando se puede distinguir entre roma, calé y ludar.
[1] Actualmente puede revisarse la página de https://www.gypsyloresociety.org/